El Parador de San Marcos es uno de los más impresionantes de la península, con una historia fascinante a orillas del río Bernesga, el mismo que viera nacer a Jota hace ya unos cuantos años. En él nos alojamos un par de noches durante un viaje que nos llevó por Laguardia, Logroño y Zaragoza.
La fascinante historia del Parador de San Marcos
Hospital, escuela de veterinaria, parada de sementales, instituto de enseñanza o cuartel de caballería han sido algunos de los usos que se le han dado desde que se inició su construcción en 1515. Pero, sin duda, lo que más llama la atención es que fuera campo de concentración y prisión.
Como presidio tuvo entre sus más ilustres residentes a Francisco de Quevedo, encarcelado por orden del Conde-Duque de Olivares. Y que escribiría entre sus muros algunas de sus obras más conocidas, como Providencia de Dios, Vida de San Pablo y Constancia y paciencia del Santo Job. Por su parte, entre 1936 y 1940, en plena Guerra Civil, acogió a cerca de 7.000 reclusos republicanos -muchos de ellos posteriormente fusilados-. Convirtiéndose así en el símbolo de la represión en León y gran parte del país.
Hoy en día conviven en este edificio el Parador de Turismo –abierto en 1964–, la iglesia de San Marcos–consagrada en 1541– y el Museo de León –desde 1869–. Un lugar único e inigualable en toda la geografía española.
Pasear por su claustro o relajarse en su acogedora biblioteca -solo abierta para clientes- es un lujo al alcance de pocos. Como lo es disfrutar de las pinturas de la antigua escuela flamenca, tapices, bargueños… U obras de artistas como Vela Zanetti o Vaquero Turcios que acoge en su interior.
La decepción llega al abrir la puerta de la habitación, ya que también tiene uno la sensación de transportarse a otra época. Pero porque nada ha sido renovado en ella desde hace mucho tiempo. Camas, almohadas o colchas más propias de un hotel de dos estrellas que de un establecimiento que atesora cinco y está calificado de Gran Lujo. Del baño, mejor no hablar. La alcachofa de la ducha parece sacada de una película de miedo. Y las toallas están desgastadas y deshilachadas por el uso.
Pero como nos gusta quedarnos con lo bueno, pasamos a hablar del desayuno del Parador de San Marcos, que sí es propio de la categoría que le distingue. Platos fríos y calientes, algunos preparados al instante, como los huevos revueltos que podéis ver debajo. También, quesos, embutidos, bollería de todo tipo, zumos naturales, fruta fresca…
El precio por noche del Parador de San Marcos ronda los 230 euros con desayuno (tarifa oficial). Ya veis que no es una opción barata y si no se cuidan los pequeños detalles habrá una espantada general a hoteles más económicos. Nosotros seremos los primeros.
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