El Museo Memorial de la Paz de Hiroshima es uno de los más visitados de Japón. Con más de un millón de entradas vendidas anualmente e invitados tan ilustres a lo largo del tiempo como Teresa de Calcuta, Juan Pablo II, el Dalai Lama o Fidel Castro. Es parada obligatoria para conocer uno de los capítulos más terroríficos de la historia nipona y mundial. El que sucedió el 6 de agosto de 1945 con el lanzamiento de la primera bomba atómica.
La bomba lanzada desde el Enola Gay
Ese día, el bombardero Enola Gay -al que OMD dedicaba una de sus canciones más famosas-, lanzaba a Little Boy. Este detonaba matando instantáneamente a más de 70.000 personas. La mitad de las que fallecieron en los meses posteriores como consecuencia de diferentes enfermedades.
La explosión se sintió a más de 60 kilómetros de distancia. Y asoló todo lo que había en 13 kilómetros a la redonda, formando una bola de fuego de casi 250 metros que hizo que se alcanzaran temperaturas de más de 4.000 grados centígrados…
Primera parada
La visita al Museo Memorial de la Paz de Hiroshima comienza en el edificio Este. Allí se explica por qué Estados Unidos diseñó la bomba atómica, en el denominado Proyecto Manhattan. Y los motivos que llevaron a elegir Japón como objetivo. ¿Y por qué Hiroshima? De las cuatro ciudades candidatas -junto a Nagasaki, Kokura y Niigata, todas ellas con un núcleo urbano de casi 5 kilómetros- esta era la única que no contaba con un campo aliado de prisioneros de guerra, evitando así bajas americanas. Recordemos que, tres días después, Nagasaki fue atacada de la misma manera, sumando 80.000 nuevas víctimas.
Y el reloj se detuvo a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945
Dos maquetas, una antes de la catástrofe, y otra tras la misma, son el mejor ejemplo de lo que ocurrió. Pero si hay un objeto que pone el vello de punta y corta momentáneamente la respiración es el reloj detenido a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, cuando la historia de Japón cambió para siempre.
El antes…
… y el después
Y el reloj se detuvo a las 8:15 del 6 de agosto de 1945
A lo largo de la exposición, son muchas las piezas que pueden verse. E, incluso, tocarse. Gracias a una audioguía, descubrimos que tienen una historia detrás. Muchas de ellas relacionadas con jóvenes estudiantes que se dirigían a la escuela cuando se produjo la explosión. Sus padres, que les buscaron desesperadamente durante días, apenas encontraron cenizas. Todas ellas son como un puñetazo en el estómago.
Bolso, gafas y tarjeta de identificación
Botella deformada como consecuencia de las altas temperaturas
Piedras casi derretidas
Las mil grullas de papel de Sadako
Una de la partes más emotivas de la visita tiene lugar al descubrir ‘las grullas de Sadako‘. Esta niña sufrió las consecuencias de la explosión con tan solo dos años. Nueve más tarde se le diagnosticó leucemia, la llamada «enfermedad de la bomba A». Su mejor amiga, Chizuko, le habló de una vieja leyenda sobre alguien que realizó mil grullas de papel (el denominado origami) y al que los dioses concedieron un deseo. Chizuko le regaló la primera grulla que había hecho con sus propias manos y le animó a que esa leyenda que ella le había contado dejara de serla. Sadako llegó a completar 644, pero no pudo terminar su cometido. Falleció el 25 de octubre de 1955, a los 12 años, tras 14 meses ingresada en el hospital. Sin poder pedir su deseo de paz y la curación de todas las víctimas.
Tras su muerte, sus compañeros de clase completaron las mil grullas. Y, en el Parque de la Paz de Hiroshima, se construyo una estatua dedicada a ella y a todos los niños víctimas de la bomba atómica. ¿Su lema? «Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo».
Las grullas de Sadako
Precisamente, desde la tercera planta de este museo es desde donde puede tomarse una de las mejores fotos del Parque de la Paz. Donde es habitual ver decenas de nipones haciendo cola para mostrar sus respetos a las víctimas de este trágico suceso.
Parque de la Paz de Hiroshima
Una mujer, mostrando sus respetos en el Parque de la Paz de Hiroshima
La entrada al Museo Memorial de la Paz de Hiroshima cuesta 200 yenes -1,60 euros- (precio 2020). Pero te aconsejamos encarecidamente que alquiles también una audioguía -300 yenes- para no perder detalle de ninguno de los objetos expuestos.
Entrada, plano y audioguía para el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima
El okonomiyaki es el plato más popular de la cocina de Hiroshima. Nos habían recomendado encarecidamente probarlo y casi nos marchamos sin hacerlo. Por culpa de uno de los tifones que pasaron por Japón durante septiembre tuvimos que adelantar unas horas nuestra salida de la ciudad, ya que el servicio de shinkansen era bastante limitado.
Decidimos comer en la estación de Hiroshima y la sorpresa llegó cuando subimos al primer piso. Ya que hay cerca de una decena de establecimientos donde puede degustarse esta especialidad. Que, para mayor encanto, preparan delante de los clientes en unas descomunales planchas.
El okonomiyaki es una especie de pizza (muchos lo consideran la pizza japonesa) con una base de harina, ñame, agua y huevo. Se le añaden los ingredientes que elija el comensal: cerdo, calamares, pulpo, gambas, vieiras, mozzarella… Lleva también una juliana de repollo y, en nuestro caso, udon y noodles, respectivamente. Además de una lluvia de cebolleta, salsa especial, mayonesa japonesa y escamas de bonito seco, que le daban un toque delicioso. Su nombre viene a significar algo así como ‘lo que guste a lo plancha’.
Es un plato contundente que nos costó terminar (y complicado de comer con palillos), que acompañamos con un par de vasos de sake frío. El precio del okonomiyaki no llega a los 10 euros por persona. Aquí podéis ver un vídeo para que admiréis lo complejo de su elaboración y el arte que hay que tener con las paletas.
Existen dos tipos de okonomiyaki en función de su elaboración:
–estilo de Osaka: todos los ingredientes se mezclan previamente con la masa y son cocinados después.
–estilo Hiroshima: primero se cocina la tortilla y después se le añaden los diferentes ingredientes.
Museo del okonomiyaki de Hiroshima
Hiroshima es, sin duda, el mejor sitio para comer okonomiyaki. Y es fácil encontrar casi en cada esquina un restaurante o puesto donde lo preparen. Además, la ciudad nipona alberga un museo dedicado a esta variedad gastronómica. En el Wood Egg Okonomiyaki Museum los visitantes pueden aprender todos los secretos de su preparación y probar diferentes variedades.
Los lectores habituales de este blog saben de nuestro interés por ilustrar cada entrada con las mejores instantáneas del álbum viajero. Quizá la ruta más fotografiada hasta el momento haya sido la que hicimos por el País del Sol Naciente. Y que ahora resumimos a través de 30 fotos de Japón bastante curiosas. La primera que os mostramos es la del interior de un taxi, con sus encajes de ganchillo siempre presentes. Delante, el callado conductor, impecable, atento a un GPS que parece un videojuego de Nintendo.
Los encajes y el comedero
En grandes urbes como Tokio, Kioto u Osaka es muy habitual toparse con grupos de adolescentes con el mismo uniforme escolar (camisa blanca y pantalón gris). Y casi siempre riendo, fotografiándose y saltando, como estos que vimos en la zona del ‘Skytree’ tokiota.
Vaya brinco el primero
La isla del antiguo imperio del Sol Naciente se levanta sobre tres grandes placas tectónicas (la Pacífica, la de Ojostk y la Filipina). Que se oprimen entre sí provocando una infinidad de terremotos con los que la población debe convivir, en algunos casos, con la mayor naturalidad.
Una de las primeras conclusiones que extrajimos en este viaje a Japón fue que un alto porcentaje de sus ciudadanos vive para trabajar. Frente a nosotros, los españoles, que tratamos, en mayoría casi absoluta, de trabajar para vivir. Observando a estos dos operarios del Mercado de Tsukiji no sabríamos qué decir sobre la vida y el trabajo. ¿Vosotros? Una de las fotos más curiosas que encontramos.
Tan a gusto
Las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos para dar por concluida la Segunda Guerra Mundial son consideradas por parte de la sociedad nipona como una respuesta desmedida al ataque lanzado sobre Pearl Harbour en el inicio de la contienda. En Hiroshima, ruinas, monumentos o el Museo de la Paz tratan de explicar todas estas cuestiones para que futuras generaciones no cometan los mismos errores.
Zona Cero de Hiroshima
El viento en Japón es un factor a tener muy en cuenta a la hora de emprender viaje hacia estas latitudes. A las conocidas alertas de terremotos y tsunamis hay que añadir otras no menos peligrosas que avisan de tifones o huracanes. El clima nipón se caracteriza por períodos de ciclones y anticiclones que provocan fuertes vientos tanto en invierno como en verano.
Lo de menos será el sombrero
Los japoneses, en general, sienten curiosidad por muchas de las fiestas regionales que se celebran a lo largo y ancho de Europa. Nosotros pudimos comprobar en Kobe como cientos de ellos, jarra de cerveza en mano, celebraban con máximo entusiasmo su particular Oktoberfest, mezclando cánticos españoles con un gracioso baile germano.
Parece de Baviera
Ese acercamiento a otras costumbres que practica gran parte de la sociedad nipona hace que, camino del Mercado de Teramachi en Kioto, el turista ibérico haga un alto en la ruta obligatorio. ¿Churros en Japón? Pues sí, a casi 3 euros la unidad y servidos con todo tipo de salsas.
Para mojar
Nos cautivó el minimalismo decorativo que se observa por todo Japón, este hecho, unido a la continua evocación a personajes de cómic en multitud de soportes publicitarios, da como resultado reclamos como el que fotografiamos en alguna calle repleta de tiendas.
No hay truco
Sinceramente, os decimos que no imáginábamos que pudiéramos fotografiar a las míticas geishas que se esconden como fantasmas en el distrito de Gion (Kioto). Aunque las buscamos durante un par de horas, fue a la vuelta, casi sin darnos cuenta, cuando nos topamos de bruces con una de ellas, acompañada de una maiko.
Un poco pálidas
En el barrio anteriormente citado nos detuvimos a tomar un tentempié atraídos por lo singular de su acceso y por la historia del establecimiento, uno de los más concurridos por el público local.
Busca el mensaje
Curiosas también son muchas de las figuras que simbolizan la historia, el arte o la religión en Japón. Concretamente ésta, cercana al mercado matutino de Takayama en la montañosa región de Hida, provoca una amable sonrisa.
Tan pancho
La economía nipona es mundialmente conocida por el papel tan relevante que dentro de ella representa el mundo del motor. Coches, scooters y furgonetas de aire futurista circulan por las calles y las carreteras del país, como esta Volkswagen que os mostramos y que todavía no hemos visto circular por España.
¿Dónde se fabricará?
¿Sabías que la palabra inglesa rickshaw es de origen japonés? En la zona antigua de Kioto es fácil alquilar uno de estos vehículos de dos enormes ruedas tirados por atléticos porteadores.
Tirando del carro
La seguridad en Japón es uno de los principales atractivos para visitar este oasis de respeto, educación y civismo en un continente tan caótico como el asiático. Por ejemplo, nos sorprendió ver a muchos escolares menores de 10 maños moverse solos por toda la red de transporte público. Perfectamente equipados y totalmente confiados.
¿Qué llevará dentro?
Nos habían hablado del exquisito sabor que tiene el pez globo pero al ir a probarlo en Osaka decidimos dejarlo para una próxima ocasión. Primero, por su elevado precio. Y, segundo, porque sigue provocando alguna que otra muerte anual. Recordad que es el segundo vertebrado más venenoso del mundo después de la rana dorada.
Como una ruleta rusa
El negocio de las mascotas es uno de los más boyantes en Japón. Bien sea por la soledad en la que viven sus ciudadanos, bien por los gustos tan excéntricos que tienen algunos. Probablemente, el segmento enfocado al cuidado de perros sea el que más yenes genera. Sirva de ejemplo este carrito que empuja el dueño del can, con abrigo incluido. Por cierto, la instantánea fue captada en Shirakawa-go.
¿Cansados?
Muchas de las actuales tendencias en customización de bicicletas tienen su origen en Japón. Los diferentes modelos que invaden calles y aceras tokiotas son un buen ejemplo. Una de las más bonitas es esta que vimos en la zona de tiendas cercana al cruce de Shibuya, sin candar por supuesto.
Sencillamente molona
A pesar de lo que indican algunas guías, no es fácil encontrar monjes por las calles de Japón. En medio del bullicio de Tokio tuvimos la suerte de ver a uno. Haciendo memoria podemos asegurar que fue de las pocas veces durante casi un mes de viaje que vimos a alguien pidiendo limosna. Aunque no estamos seguros si en este caso el cuenco sirve más bien para depositar algún tipo de ofrenda.
El tío la vara
Al terminar nuestra visita al Museo Nacional de Tokio no pudimos resistirnos y probamos una cerveza Kirin. Ya solo por lo impecable de su espuma helada merece la pena recordar en esta entrada de fotos de Japón.
Una Kiri «frozen»
Puede parecer que los japonenes a primera vista son gente tímida. Pero nada más lejos de la realidad. Ya que pudimos comprobar como en numerosos parques públicos son muchos los que dan rienda suelta a su imaginación para ofrecer su particular espectáculo. Inclasificable en casos como este.
Volando voy
En este montón de fotos de Japón curiosas no podía faltar una de japoneses durmiendo. Aunque en esta que os pasamos, si no fuera por esa rodilla doblada, uno pensaría que el señor en cuestión estaba ya camino del otro mundo.
A pierna suelta
El béisbol en Japón es deporte nacional y se práctica desde que un estadounidense lo introdujera en el país allá por 1870. En la actualidad, es muy habitual encontrarse a grupos de chavales practicándolo en las instalaciones deportivas que se levantan en un buen número de barrios.
Pasando la tarde con la chavalada
Hay que reconocer que eso de quitarse los zapatos antes de acceder a un restaurante choca con nuestra mentalidad ibérica, históricamente menos higiénica que la nipona. Al final os acabaréis acostumbrando. Pero en mi caso siempre me asaltaba la duda de si a la salida encontraría el par en su sitio o tendría que volver al hotel descalzo.
A la espera de sus dueños
Las señales y carteles de información pública también contienen esos trazos de cómic que os comentábamos con anterioridad. Incluso, con un toque de humor para que en caso de catástrofe o emergencia no cunda el pánico tan rápido.
No bloquear que se lía
El género hentai, a medio camino entre tebeo erótico y revista porno, es un tipo de contenido que se consume en Japón con total naturalidad desde su implantación en los años 60. La exposición de este tipo de material es muy habitual en kioskos y librerías.
¿Me miras a mí?
Es imprescinble ver Tokio desde alguno de sus numerosos miradores.O desde la habitación de tu hotel, si es posible, para hacerse una idea de la colosal extensión de esta urbe. Con 2.188 km², acoge, además, una población cercana a los 14 millones de habitantes. Por momentos, uno piensa que está en otro planeta. Más cuando entre las fotos de Japón del álbum surge una con objetos volantes no identificados al fondo.
Al fondo las naves marcianas
Los Juegos Olímpicos de 2020 se celebrarán en Tokio, cuya candidatura superó con creces a la madrileña del «relaxing cup of coffee». La capital ya albergó la edición de 1964, la primera que se retransmitió en directo y vía satélite para Estados Unidos y Europa. Los aledaños de aquel mítico estadio se llenan a media tarde de runners y aficionados al atletismo. Deseosos de correr con la antorcha olímpica algún día no muy lejano.
Objetivo olímpico
Roppongi es uno de los barrios de Tokio más recomendables para salir por la noche. Nosotros hicimos una rápida incursión y acabamos en una de sus barras, observando divertidos como jóvenes noctámbulos tratan de saciar el hambre sin caerse desmayados por los efectos del alcohol. Una de esas fotos de Japón que te cuesta hacer sin partirte de risa.
¿Quién se pasó con el sake?
No podíamos despedir este post de fotos de Japón sin dejar claro una vez más lo fascinantes que resultan los japoneses. Además de lo amables, educados y atentos que son con viajeros como nosotros. Más si cabe por ser españoles, ya que la fascinación creemos que es recíproca. Será por eso que antes de embarcanos en el vuelo de regreso, una encantadora jubilada de viaje hacia Barcelona nos regaló este bonito origami. Arigatou Gozaimashita.
La artista lleva un gorro verde
¿Os han gustado estas fotos de Japón? ¡Gracias por vuestros comentarios!
Hay museos que, a pesar del tiempo que haya pasado desde que los visitaste, perduran en tu memoria como si fuera ayer. Ya sea debido a lo que representan o a las obras que cuelgan de sus paredes, muchas de ellas de incalculable valor, estos cinco museos famosos del mundo permanecen en nuestras retinas y volveríamos a visitarlos una y otra vez.
1. Museo Memorial de la Paz (Hiroshima)
El Museo Memorial de la Paz es uno de los más visitados de Japón. Entre sus paredes, se muestra uno de los capítulos más terroríficos de la cronología del país nipón. Tuvo lugar el 6 de agosto de 1945 y en él murieron más de 70.000 personas instantáneamente. Además de otras 35.000, con posterioridad. Te aconsejamos que alquiles una audioguía para ‘escuchar’ la historia que hay detrás de los objetos que se exponen. Como el reloj que se detuvo a la hora exacta del bombardeo o botellas de cristal deformadas por las altas temperaturas alcanzadas.
Reloj que se detuvo a las 8:15 del 6 de agosto de 1945, en el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima (Japón)
2. Museo Judío (Berlín)
Al igual que sucede con el anterior, la sensación de desasosiego te invade cuando sales por la puerta del Museo Judío. Aunque debería ser visita obligada para conocer la realidad de una población que ha sufrido -y sufre- la mayor de las injusticias a lo largo de la historia. Inaugurado en Berlín en 1999, su planta tiene forma de rayo e intenta transmitir (consiguiéndolo) el vacío que dejaron los judíos berlineses desaparecidos durante el Holocausto. La obra ‘Vacío de la memoria’, con 10.000 rostros moldeados en acero que al pisarse se restriegan entre ellos con un ensordecedor sonido, consigue con creces su objetivo.
Museo Judío de Berlín (fotografía de Jorge Bueno, vía Flickr)
3. The Hispanic Society (Nueva York)
Abrió sus puertas en 1908, en pleno barrio neoyorquino de Harlem. The Hispanic Society alberga más de 600 acuarelas, 1.000 esculturas, 800 pinturas y 6.000 objetos decorativos. Además de 15.000 grabados y 175.000 fotografías, cifras que apabullan. La sala dedicada a Joaquín Sorolla, con algunos de sus lienzos más famosos, así como contemplar de cerca el ‘Retrato de la Duquesa de Alba con mantilla’ de Goya o la ‘Maternidad’ de El Greco, resulta impresionante. Dudarás si, de verdad, te encuentras en Estados Unidos. Y te hará preguntarte por qué son ellos y no nosotros quienes tengan la suerte de disfrutarlos siempre que lo deseen.
4. Galleria de la Academia (Florencia)
Es difícil olvidar la primera vez que uno contempla esta obra de Miguel Ángel en la Galleria de la Academia, uno de los museos más famosos del mundo. Sus 5,17 metros de altura y 5 toneladas de peso hacen que sea una de las más imponentes y visitadas. Por lo que te aconsejamos que compres tus entradas previamente por Internet para evitar al menos una hora de espera en esta atracción de Florencia.
5. Barnes Foundation (Filadelfia)
La Barnes Foundation no es uno de los museos más famosos del mundo. Pero debería. Una auténtica joya en el Distric Museum de Filadelfia que acoge el considerado «conjunto impresionista más importante de Estados Unidos». Entre sus 3.000 piezas, destacan nada más y nada menos que 181 Renoirs, 69 Cézannes y 60 Matisse. Además de todo tipo de objetos que el doctor Albert Barnes recopiló a lo largo de sus múltiples viajes alrededor del mundo y que te dejarán con la boca abierta.
¿Has visitado alguno de estos museos famosos del mundo? ¡Déjanos tus comentarios!
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