Más de diez millones de visitantes al año convierten a Camden Town en uno de los lugares más concurridos que ver en Londres. ¿Y qué ofrece para ser tan interesante? Una mezcla de ambiente punk, hippy, gótico y retro. Y el contraste de parejas que pasean con sus hijos, turistas ávidos de la foto más original o fans en busca de la casa donde fue encontrada muerta la reina del barrio y del soul, Amy Winehouse. Camden Town se divide en seis mercadillos: Stables, Lock, Canal, Buck Street, Main Street e Inverness Street. ¿Nos acompañas a descubrir Camden Market?
Paraíso para amantes de la música, ropa y joyas de segunda mano, The Camden Market ofrece discos de ediciones limitadas, camisetas con divertidos eslóganes, pósters, viejas fotos, artículos de broma, libros, souvenirs, antigüedades, accesorios… También brinda la posibilidad de realizar actividades más glamurosas, veáse una ictioterapia(o pedicura con peces). O más liberales, como un tatuaje o la adquisición de bolsas con diferentes tipos de plantas (o drogas casi legales).
Comida internacional en The Camden Market
Pero si algo nos llamó la atención de The Camden Market fue el espectacular despliegue gastronómico que se extiende por sus calles. Decenas de puestos de comida de todas las nacionalidades imaginables. China, japonesa, tailandesa, mexicana, vietnamita, italiana, turca, india, marroquí, pakistaní… Pasando por el típico fish and chips, zumos, pasteles, golosinas, pizzas, hamburguesas, paellas, ¡y hasta churros! ¿Lo más original y solicitado? Comprar tu preferida y disfrutarla sentado en uno de los asientos de Lambrettas a modo de silla que decoran la zona.
Qué no deber perderte en Camden Town
–The Good Mixer, bar en Inverness Street. Lugar habitual de Graham Coxon, de Blur; Noel y Liam Gallagher, de Oasis; Pete Doherty, de Babyshambles, o la fallecida Amy Winehouse.
–The Dublin Castle, pub irlandés donde han actuado grandes como Blur, Travis, o Madness.
–Cyberdog, tienda de estética cyberpunk con dos plantas dedicadas a ropa y complementos psicodélicos. Música atronadora, DJ’s en directo y gogós calentando al personal.
La mayoría de tiendas de The Camden Market abre todos los días de la semana de 10 de la mañana a 6 de la tarde. La forma más sencilla para llegar es en metro: paradas Camden Town Chalk Farm. Como a nosotros nos gusta más contemplar la ciudad, lo hicimos en autobús. Las líneas 24, 27, 29, 31, 134, 135, 168, 214, 253, 274 y C2 os acercarán hasta este original mercado, uno de nuestros favoritos junto a Borough Market.
¿Estás pensando en visitar Dublín y te preguntas si merece la pena reservar algo de tu tiempo para recorrer el Guinness Storehouse? Te damos 10 motivos que seguro te convencen.
1. Es, probablemente, el lugar del mundo donde mejor se tiran las pintas de Guinness.
2. Aprender el complejo sistema de elaboración de la cerveza irlandesa por excelencia.
3. El precio de la entrada incluye una degustación por persona en el GravityBar, situado en la séptima planta. Y desde el que se divisan las mejores vistas de Dublín. Puedes verlas en este vídeo.
4. Porque el edificio en que se encuentra el Guinness Storehouse, de siete pisos de altura, representa una gran pinta que, si estuviese llena, contendría 14,3 millones de unidades.
5. Degustar platos preparados con esta delicia líquida, como mejillones de Carlingford, crema de leche, eneldo y Guinness o estofado de ternera con este ‘zumo’ tan especial.
6. Tener la oportunidad de aprender a tirar la Guinness perfecta, que tiene su aquel, y obtener un certificado que lo acredite.
7. Admirar el contrato de arrendamiento de la fábrica de St. James’s Gate, que firmó el fundador Arthur Guinness por un plazo de 9.000 años y la irrisoria cantidad de 45 libras por año.
8. Contemplar la galería de la publicidad, con anuncios históricos y las típicas placas que decoran los pubs de medio planeta.
9. Su tienda, con merchandising exclusivo. No apta para fans empedernidos del tucán.
10. Porque está a un paso de la cárcel más famosa de Dublín, Kilmainham Gaol.
¿Cómo llegar?
Andando desde el centro de Dublín puede llevar algo más de media hora. Pero el autobús 123, que sale de o’Connell Street, además del City Bus Sightseeing, te dejará en la misma puerta.
¿Cuánto cuesta la entrada al Guinness Storehouse?
En taquilla, 16.50 euros (15.00 si la compras on line). Precios 2021.
En el valle de Larraun, concejo de Astitz, a pocos minutos de Lekunberri, surge la Cueva de Mendukilo, que ofrece al visitante las profundidades de la Sierra de Aralar. Si bien durante muchos años su intimidad estuvo reservada a espeleólogos, ahora está abierta al público gracias a los trabajos de acondicionamiento llevados a cabo con gran esfuerzo y tesón.
Fue una de las visitas que realizamos durante el Rural Trip organizado por Anartur, de la mano de Helena, de El Capricho de Helena. Y en el que compartimos excelentes momentos con otros blogueros por la zona nordeste de la Comunidad Foral. Gracias a la iluminación dinámica (ojo con quedarse rezagado) y a través de una pasarela flotante pudimos descubrir las entrañas de la tierra. Eso sí, siempre acompañados por una guía experta en la zona. Ella nos explicó al detalle las obras necesarias hasta conseguir hacer de esta maravilla de la naturaleza un lugar accesible en el que contemplar a escasos centímetros estalactitas y estalagmitas.
El itinerario se inicia en el llamado Refugio de Pastores, el único lugar que permite la entrada de luz natural. A continuación, encontramos la Sala de los Lagos, con gran cantidad de formaciones geológicas fascinantes. Antes de llegar a la Morada del Dragón, de un tamaño que alcanza los 20 metros de altura en algunos puntos. Allí vivimos el momento más mágico de todos. Cuando se apagaron los focos y quedamos completamente a oscuras en un silencio sobrecogedor (no apto para claustrofóbicos ni miedosos).
¿Cómo llegar a la Cueva de Mendukilo?
Desde Lekunberri hay que tomar la carretera que conduce al Santuario de Aralar y allí, el cruce hacia Madoz que aparecerá a la izquierda.
Tras seguir este camino cruzaremos el río Larraun y llegaremos a Alli. Más adelante, antes de encontrar Astiz, veremos a nuestra derecha una carretera asfaltada por la que ascenderemos algo más de un kilómetro hasta llegar al aparcamiento y la casa de acogida.
Es aconsejable reservar antes, ya que las visitas han de ser siempre guiadas y a partir de un mínimo de 5 personas. El precio es de 8 euros para adultos y 6 para niños hasta 10 años. Los adolescentes entre 11 y 17 años pagan 7 euros, y los jubilados, 6. La temperatura dentro de la cueva es de unos 8/10 grados, por lo que es recomendable llevar ropa de abrigo y calzado que evite resbalar con la humedad.
¿Dónde comer cerca?
Son varios los restaurantes para comer cerca de la Cueva de Mendukilo.
A 20 kilómetros por la A-15, en Leitza, puedes degustar la mejor comida tradicional navarra cocinada con auténtico mimo en Musunzar, con una deliciosa sopa de pescado o bacalao ajoarriero.
Si eres amante de la carne, Maskarada es, definitivamente, tu restaurante. Se encuentra en Aralar, Pol. 12, Parc. 295 (Lekunberri), a 6 minutos por la NA-7500, y ofrece la posibilidad de comprar muchos de los productos de su carta.
Si tu visita coincide con la temporada de txotx -de mediados de enero hasta finales de abril-no dudes en ir a probar un auténtico menú de sidrería en Martitxonea Sagardotegia, en Aldatz, a 11 minutos por la NA-7500.
Y si lo que te apetece es un homenaje gastronómico de lo más original y creativo, tu sitio está en Orgi(Lizaso), a 32 minutos por la NA-411.
Hace unas semanas nos embarcamos, una vez más, en una de esas aventuras casi improvisadas que tanto nos gustan. La idea era alojarnos en el Parador de Villafranca del Bierzo, en la localidad de igual nombre, donde confluyen los ríos Burbia y Valcarce. Uno de los planes era visitar alguna bodega de la zona, pero sin coche la tarea es casi imposible. Desde la Oficina de Turismo no recibimos ningún tipo de información. Así que fue indagando en Internet como supimos que Demencia Wine, uno de nuestros vinos favoritos, ofrece la posibilidad de reservar a través de su web una visita guiada a su bodega del Bierzo.
En pleno Camino de Santiago
Nos pusimos en contacto con Nacho León y quedamos en vernos a las puertas del Castillo de Villafranca del Bierzo. Allí nos recogió en su coche y nos llevó hasta uno de sus viñedos, donde pudimos comprobar el mimo con el que poda y cuida cada una de las vides. Este se encuentra en Fuentes de San Lázaro (Los Caños), en un paraje en pleno Camino de Santiago, que goza de un microclima que lo protege de heladas y tormentas.
Durante la visita guiada a esta bodega del Bierzo conocimos de primera mano cómo nació este proyecto en 2006. Nacho, vallisoletano, es ingeniero agrícola y decidió dejar su trabajo para embarcarse en esta aventura. El sueño de su vida ha dado como resultado algunos de los vinos más atrevidos y valientes de la zona. Su empeño por recuperar viejas viñas que han sido abandonadas incluye una filosofía eco-sostenible. Sin uso de fertilizantes y apostando por técnicas orgánicas, son un claro ejemplo de que la forma de elaborar vinos ha cambiado por completo en las últimas décadas.
Actualmente, son 6 las variedades que comercializan desde Demencia Wine:
Tras los viñedos, desde los que se divisa una impresionante panorámica, la visita guiada a esta bodega del Bierzo continúa con la explicación del proceso de embotellado y etiquetado, todo ello hecho a mano para reducir costes. Y tras las explicaciones, una pequeña degustación. Si quieres, también puedes comprar allí sus vinos. O, como en nuestro caso, pedir que te los envíen por mensajería.
El precio de esta interesantísima experiencia es de 10 euros por persona. ¡Más que recomendable! Puedes concertar tu visita a través de este enlace.
Principalmente conocido por sus antigüedades y objetos de segunda mano, Portobello Road Market ocupa cerca de dos kilómetros. Está localizado en el distrito de Notting Hill, dentro de uno de los barrios más pudientes de la capital inglesa. Y ha sido retratado en multitud de películas, siendo hogar de famosetes varios.
Portobello Road Market, para encontrar casi de todo
Ropa vintage, zapatos, vinilos, libros, tebeos, joyas, muebles, cerámica… Es posible encontrar de todo cada sábado en el mercado de Portobello Road Market. Algunos puestos tienen verdaderas preciosidades, como viejas cámaras de fotos, maletas o máquinas de coser que dan ganas de llevarse para decorar la casa. Los precios, eso sí, no son nada baratos, rondando los 100 euros todo aquello que llamó nuestra atención.
Si eres de los que la ropa te produce absoluta indiferencia, como a nosotros, habrá muchos tenderetes por los que pases de largo. Son los de la parte llamada Portobello Green Market (abierto viernes, sábados y domingos de 7 de la mañana a 6 de la tarde).
Sí nos llamó la atención la oferta gastronómica, donde puedes encontrar frutas, verduras, carne, pescado, panes, pasteles… E, incluso, demostraciones de cocina en vivo y multitud de productos gourmet. Lo ideal es comprar comida para llevar y degustarla mientras sigues paseando.
España está muy presente en Portobello Road Market, con varias tiendas y restaurantes. Como el negocio familiar de Churros García, finalistas en los Street Food Awards en 2010, o R. García&Sons. En esta última, damos fe que es posible encontrar todo producto nacional que se precie. Desde chistorra a sangría Don Simón, pasando por agua de colonia Álvarez Gómez.
Si hay algo que despierte la curiosidad de los londinenses y turistas son las paellas, que se preparan a pie de calle y huelen de maravilla. Pero existe la posibilidad de probar comida de muchos otros lugares: pizas y focaccias, chicken massala, woks, kebabs… No es una propuesta tan amplia como la de Candem Market, pero no está nada mal. Aunque nuestro favorito sigue siendo Borough Market.
Portobello Road Market abre todos los días de la semana hasta las siete de la tarde durante las fechas navideñas -más tarde de lo habitual-. Hora perfecta para relajarse en alguno de los pubs de la zona. Una de las mejores opciones para llegar es el metro, parada Notting Hill Gate. En autobús las líneas son 7,12, 23, 27, 28, 31, 70, 94 y 328.
El barrio chino o Chinatown es uno de los de mayor encanto de Londres. Repleto de tiendas y restaurantes, se trata de una zona más comercial que residencial, ya que el conjunto de personas que trabajan allí vive en otras áreas de la capital. Ubicado cerca de Leicester Square, en el Soho, su vía principal es Gerrard Street. Famoso en su día por albergar un considerable número de fumaderos de opio, hoy se trata de una visita obligada en la ciudad británica.
Adentrarse en Chinatown, como sucede en Nueva York o San Francisco, aunque aquí sea de tamaño más reducido, es como trasladarse de continente. Tiendas de ropa y productos típicos, supermercados e incluso bancos, muestran sus letreros en caracteres chinos, al igual que los nombres de las calles o las señales de tráfico.
Comer en Chinatown (Londres)
Si eres aficionado a la cocina asiática éste es el sitio perfecto para comprar setas, especias, verduras frescas, noodles, salsas, hierbas, tés, galletas de la fortuna, licores y todo tipo de utensilios para prepararla, como cestos de bambú o hervidores de arroz.
Aprovecha la hora cercana a la comida o la cena para visitarlo y disfrutar en alguno de sus auténticos restaurantes. Por 12 libras/persona podrás disfrutar de un completo y suculento menú. Hay establecimientos que ofrecen el famoso All you can eat, pero siempre hemos desconfiado de su calidad y preferimos uno llamado Four Seasons, que según el Financial Times sirve el mejor pato laqueado del mundo (y que, todo sea dicho, no probamos).
Pan de gambas y cervezas TsingtaoSopa de maíz dulce y pollo Cerdo agridulce, pollo frito con pimiento verde en salsa de judías negras, verduras y arroz frito con huevo
En pleno Chinatown se encuentra uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, el W, con tarifas que oscilan entre 300 y 500 euros. Si tu presupuesto no es tan alto, te recomendamos un apartamento en el centro de Londrescomo el que alquilamos nosotros.
No es tarea sencilla resumir todas las sensaciones acumuladas durante nuestra última estancia en Berlín. Las infinitas posibilidades que guarda la capital germana nos obligan a centrar esta reseña en el barrio de Prenzlauer Berg, que exprimimos al máximo durante la semana que estuvimos allí alojados. Al estar ubicado en la parte este del famoso muro, uno espera que las reminiscencias de la herencia soviética estén presentes en cada esquina. Primera sorpresa. Prenzlauer Berg es hoy en día una verdadera representación del movimiento hipster, ya sea por el empuje de sus vecinos, el proceso de gentrificación que padece el distrito o su pasado bohemio y contracultural.
¿Cómo llegar a Prenzlauer Berg?
La forma más auténtica de llegar a Prenzlauer Berg es hacerlo en U-Bahn (metro) hasta la parada en superficie de Eberswalder Straße. Antes de bajar al asfalto, el viajero observará una sucesión de pequeños comercios que compiten entre sí por captar clientes a golpe de neón y música estruendosa. Por aquí pasan también varias líneas de tranvía (M1, M10 y 12) y algún autobús. Aunque, puestos a hacer el hipster, lo ideal es cruzar este caos de gente montado en una bicicleta, modelo fixie para solteros tatuados o christiania para padres barbudos. Toma como referencia las siguientes calles para patear el barrio: Kastanienallee, Pappelallee y la denominada LSD Viertel (Lychenerstr, Schliemannstr y Dunckerstrasse).
¿Qué ver en Prenzlauer Berg?
Grandes avenidas para pasear sin rumbo que son, en su mayoría, una sucesión de edificios del siglo XIX rehabilitados a conciencia. Siempre respetando las alturas originales y ofreciendo en todo su esplendor bellas fachadas y escondidos patios.
Merece la pena adentrarse en las instalaciones de Schultheiss, una antigua fábrica de cerveza reconvertida en complejo cultural con cines, clubes e interesantes museos, como el dedicado a la vida en la RDA.
Otras paradas obligatorias: torre Wasserturm, alrededores de Kollwitzplatz olas iglesias de Zion y Getsemané, origen de los movimientos que permitieron la caída del Muro, cuya historia, por cierto, está muy presente en el centro de interpretación Gedenkstätte Berliner Mauer.
¿Dónde comprar ropa y objetos de segunda mano en Prenzlauer Berg?
Los domingos por la mañana es recomendable visitar Mauerpark, uno de los rastros más populares de Berlín. Los terrenos que hoy en día acogen una multitud de puestos con ropa de segunda mano, reliquias inclasificables, cuadros, artesanía o viejos vinilos representaban, hace 40 años, la división del mundo a través de un simbólico Telón de Acero. Si después de comprar una vieja chaqueta del ejército alemán te entran ganas de comer, no tendrás que preocuparte. Aquí la oferta de comida callejera es muy amplia, también la variedad de cervezas e incluso la propuesta musical, con karaoke dominical incluido. Cerca, en Arkonaplatz, abre también un mercadillo con objetos de mayor calidad.
¿Dónde comer y beber en Prenzlauer Berg?
Currywurst en Konnopke’s Imbiss
Deleitarse con un currywurst en Konnopke’s Imbiss es casi una tradición. Este diminuto establecimiento, situado debajo de las vías de la estación de Eberswalder Straße, adquirió fama allá por los años 60, cuando Max y Charlotte Konnopke comenzaron a vender sus salchichas con una salsa tan especial como secreta.
Varias décadas después se siguen formando pequeñas colas de hambrientos transeúntes para probar este delicioso bocado. Recuerda que cierran los domingos, el horario es de 10:00 a 20:00, y sirven una gran variedad de cervezas. Si tienes suerte, podrás sentarte en un banco de la zona cubierta aunque hacerlo de pie en medio del bullicio también mola.
El Prater Garten más antiguo de Berlín
Los números 7 y 9 de Kastanienallee albergan el Prater Garten más antiguo de Berlín, con casi un siglo de antigüedad. El solar, repleto de mesas al aire libre, es el lugar ideal para tomar una birra, de abril a septiembre, desde mediodía hasta medianoche. En las casetas debes pedir bebida por un lado y comida por otro: variedad de salchichas, sopa del día, típicos pretzels, encurtidos o patatas con queso.
El recinto también cuenta con un restaurante con un menú clásico compuesto, según el mes, de königsberger klopse (bolas de carne en salsa), wiener schnitzel (chuleta de ternera) y senfeier mit quetschkartoffeln (huevos con mostaza y puré). Revisa la web porque programan eventos, conciertos e, incluso, combates de boxeo.
Mercadillo de productos locales
La torre Wasserturm es el depósito de agua más longevo de la capital. Esta cilíndrica construcción está situada en la zona de Kollwitzkiez. En ella residen jóvenes familias en un ambiente muy hipster: jardín comunitario, bicicletas en la verja, tiendas vintage en los alrededores y mercadillo de productos locales, artesanía y puestos de comida, sábados por la mañana.
El plan es perfecto para comprar todo lo necesario en un pícnic estival. Hogazas de pan, embutidos del país, interesantes quesos, frutas, flores frescas… Si prefieres dar un paseo sin prisas, te aconsejamos, a medio camino, parar en alguna de las barras habilitadas y disfrutar, por ejemplo, con una copa de riesling alemán ecológico.
Street Food Markt
Llueva o haga sol, el punto álgido del domingo en Prenzlauer Berg se concentra en el Street Food Markt del KulturBrauerei, explanada de la antigua fabrica de cerveza que mencionábamos al principio de esta reseña. Estudiantes, turistas y un buen número de vecinos degustan especialidades de medio mundo, preparadas en una decena de food trucks especializados en bocados asiáticos, latinos y mediterráneos.
Con la llegada de la primavera y casi hasta el otoño, el lugar suele estar muy concurrido por lo que recomendamos, primero, encontrar una mesa a la sombra y, luego, decidir qué delicatessen saborear. Imprescindible.
Deliciosa comida vietnamita
El vietnamita Van Anh, en el número 7 de la calle Oderberger, donde saborear platos sanos, sabrosos y auténticos del país asiático. Como dato curioso cabe decir que enfrente de este local, concretamente en la terraza del Godot, se rodaron varias escenas de la cuarta temporada de ‘Homeland’.
Fresh tuna summer roll in sweet soy-ginger-sauce, en ‘Van Anh’
Grilled French duck breast marinated with green tea, basil in soy-ginger-sauce, en ‘Van Anh’
Su alto índice de inmigración hacen que en Berlín sea posible comer algunos de los mejores kebabs del mundo. En K’UPS Gemüse Kebap, Kastanienallee 102, la mezcla de verduras asadas y salsas (a elección del cliente) junto a un toque de lima, hacen de este bocado uno de los mejores que comer en Prenzlauer Berg. Cuentan con una pequeña terraza y, por supuesto, ‘take away’. ¿El precio? No supera los 3 euros.
Cocina rusa en Berlín
¿Conoces la alta cocina de la antigua Unión Soviética? Cambiamos de tercio y nos vamos a Knaackstraße 22/24 para disfrutar un menú degustación en Pasternak, especializado en platos rusos y judíos. Por 38 euros, sirve seis típicos, como sopa Borshtsh, ternera Stroganoff, o blinis dulces. Lo acompañamos con un tinto de Georgia, vino curioso donde los haya, y difícil de encontrar en España. También ofrece desayunos, menú del día y brunch, los domingos.
Beef Stroganoff, en ‘Pasternak’
Filled with salmon caviar, served on baby spinachand sellery with white wine cream sauce, en ‘Pasternak’
Vino de Georgia, en ‘Pasternak’
¿Y alguna recomendación para alojarse en Prenzlauer Berg?
Nosotros intercambiamos de nuevo nuestro balcón madrileño por otro con vistas más ecológicas y es que, en esta parte de Berlín, se observa una conciencia medioambiental inimaginable en la capital de España. Las zonas comunes de reciclaje están compuestas de grandes contenedores donde la clasificación de residuos es rápida, colaborativa y relativamente limpia.
Vivir una semana en este tipo de comunidades sirve también para entender el espíritu del barrio, así que no dudes en alquilar un apartamento por días. Y a ser posible con vistas a uno de estos patios traseros que tanto abundan en Prenzlauer Berg.Y si te haces con una bicicleta de paseo para ir a la compra de comida orgánica, mejor que mejor.
Inaugurado en 1198 en Dublín, The Brazen Head está considerado el pub más antiguo de Irlanda. Paredes forradas de madera y fotos en blanco y negro le dan un aire tan auténtico que te parecerá trasladarte unos cuantos años atrás en el tiempo.
Ilustres clientes
Ha sabido conservar el encanto y las características de su pasado, como sus robustas mesas. Por ellas han pasado celebridades como Winston Churchill, James Joyce -que lo menciona en su novela ‘Ulises’-, Brendan Behan, Jonathan Swift, Daniel O’Connell o Michael Collins.
Parte de la decoración la forman cientos de billetes procedentes de todas partes del mundo (en especial, dólares americanos). La gente los ha firmado e ido introduciendo en los paneles de metacrilato que forran sus muros. Así como tarjetas de visita y entradas de conciertos.
Decidimos ir a la hora de comer y compartimos tres platos: paté de hígado de pollo, salmón al horno y mejillones al vino blanco, muy sabrosos todos a excepción del pescado, demasiado seco e insulso. Otras opciones del menú de The Brazen Head son la típica sopa del día, pastel de pescado, alitas de pollo, fish and chips, estofado irlandés o bacalao ahumado. Tampoco faltan un puñado de apetitosas hamburguesas, sándwiches y ensaladas.
Los acompañamos con un tinto chileno, los vinos comercializados por excelencia en Irlanda, junto a los franceses y sudafricanos.
A partir de las cuatro y media de la tarde empieza el espectáculo enThe Brazen Head, música en directo con verdadero aroma irlandés. El local se pone a reventar. Es hora de pedir un par de pintas de Guinness… The Dubliners, Van Morrison o Tom Jones son algunos de los artistas famosos que han tocado en este mítico pub irlandés.
Solo hace falta que te demos una pista más, dónde está situado The Brazen Head: 20 Bridge Street Lower, en Dublín.
¿Vas a visitar Polonia y te apetece descubrir un lugar único aunque no apto para claustrofóbicos? Las Minas de Sal de Wieliczka, en Cracovia, son un espectáculo que no puedes dejar de admirar.
Acceso por la torre de graduación
Las Minas de Sal de Wieliczka están situadas al sur del país. Debido al intenso temporal de nieve que coincidió con nuestro viaje, optamos por usar Uber desde el centro de Cracovia hasta la entrada al complejo. El recorrido es de unos 10 kilómetros y la carrera no llegó a los 20 euros.
Cómo llegar a las Minas de Sal de Wieliczka
Existen opciones más económicas que Uber:
-tren de cercanías hasta la estación Wieliczka Rynek Kopalnia.
-autobús 304 que sale de la calle Kurniki, muy cerca de la Galería Krakowska.
-minibús directo que parte de la estación Dworzec Główny.
-coche de alquiler equipado con gps, ya que se puede aparcar sin problemas en tres zonas del recinto.
Una aventura bajo tierra
Antes de aventuraros a recorrer la escasa distancia que separa Cracovia de las Minas de Sal de Wieliczka es recomendable consultar la web del complejo. Así podréis saber la disponibilidad de entradas, tipo de tarifa que mejor se ajusta a vuestros intereses (individual sin reserva o en grupo, previo aviso), turnos con guías en castellano o inglés y, lo más importante, el itinerario que vais a elegir.
Itinerarios por las Minas de Sal de Wieliczka
-el turístico os llevará durante 2 horas por 22 cámaras, eso sí, a pie y después de completar 378 escalones.
-el minero arranca en el Pozo Regis, se completa en otras 3 horas y te equipan como un auténtico picador.
-un gratificante paseo de 30 minutos por la Torre de Gradiente para disfrutar de sus propiedades curativas.
-otras rutas de lo más variadas: religiosa (2 horas), aventura para equipos (4 horas) o gastronómica (bajo demanda).
Un recorrido laberíntico
Este destino se detalló en la primera lista de monumentos «Patrimonio Mundial de la Cultura» elaborada por la Unesco en 1978. Las Minas de Sal de Wieliczka pronto cumplirán 1.000 años de historia. Aunque su origen se remonta a la época del mioceno coincidiendo con la cristalización de la sal diluida en el agua del mar.
Datos curiosos de las Minas de Sal de Wieliczka
-el conjunto se reparte por 9 niveles que suman 300 kilómetros de galerías.
-se estima que pueden alcanzar un volumen de 7,5 millones de metros cúbicos.
-en su origen, la sal se recuperaba mediante un método de cocción de hace 5.000 años.
-las excavaciones son visitadas por cerca de un millón de turistas cada temporada.
Nuestro recorrido por las Minas de Sal de Wieliczka
Arrancó en el Pozo Danilowicz, excavado en el siglo XVII. Para continuar por la boca del Pozo Antonia, donde observamos antiguos dispositivos de transporte. A continuación, el guía oficial nos trasladó hasta la Cámara Úrsula. Y, después, a la dedicada a Nicolás Copérnico, gran astrónomo polaco que se cree pudo visitar la mina en 1493 mientras Colón descubría América. Una de esas curiosas anécdotas que nos brinda la historia de la humanidad.
Auténticas avenidas de sal
Debido al riesgo que conlleva este oficio tan duro, muchos de los antiguos espacios de trabajo de las Minas de Sal de Wieliczka están dedicados a santos. Prueba de ello es la Capilla de San Antonio, totalmente esculpida en sal. Esta primera parte se completa visitando otras cuatro cámaras: Janowice (con la imagen de la princesa Kinga), Spalone (donde se representan los peligros del gas metano), Sielec (con figuras de caballos para explicar el papel decisivo de estos animales) y de Casimiro (monarca y mejor gestor durante el siglo XIV).
Espectacular espacio en la capilla de Sta. Kinga
La visita a las Minas de Sal de Wieliczka sigue por la Galería Kunegunda, que contiene una maqueta inspirada en una aldea neolítica. A lo largo del trayecto veremos más recreaciones. Como la dedicada al transporte de sal en la Cámara Pieskowa Skala o los sistemas de canalización del agua en la Galería Transversal.
En esta ruta también hay tiempo para el recogimiento religioso en las capillas de la Santa Cruz y de Santa Kinga. Más pequeña la primera y majestuosa la segunda, dedicada no solo al culto católico sino también a conciertos de música clásica.
El premio, al final de la barra
Antes de concluir hay que hacer un último esfuerzo para ver un pequeño lago salífero y espectaculares entibaciones de madera. También, varias cámaras entre las que destacan la dedicada a Weimar, inundada con salmuera. Y la Stanislaw Staszic, con un ascensor panorámico a 125 metros de profundidad. La excursión termina en las mesas de madera del área Witold Budryk, ideales para reponer fuerzas con una cerveza fresca o un típico bocado polaco.
Fotos cedidas para este artículo por el Gabinete de Comunicación de las Minas de Sal Wieliczka
Si estás en esta fascinante ciudad californiana y te apetece estirar las piernas o respirar aire fresco, te recomendamos esta aventura buena, bonita y barata. Descubre cómo ir desde San Francisco a Sausalito en bicicleta.
En el pier o muelle 41 de la famosa bahía podrás escoger una de las cientos de bicicletas disponibles para llegar a Sausalito. Y lo harás atravesando el Golden Gate, famoso puente que une la península de San Francisco con el sur de Marin. El precio, desde 32 dólares.
Comprueba la presión de las ruedas, la altura del sillín y no te olvides de ponerte un casco y coger una botella de agua. A lo lejos verás ese gran símbolo del acero que vigila el océano Pacífico desde esta orilla.
Cruzar el Golden Gate, previo tránsito por la bahía, es una experiencia fantástica ya que hay senderos y carriles perfectamente señalizados para los cicloturistas.
Curiosidades sobre el Golden Gate
-Recibe su nombre del estrecho en Constantinopla, llamado también la Puerta Dorada, ya que comunicaba Europa con Asia.
-Se empezó a construir en 1933 ante la congestión de tráfico que sufría la zona. Tras cuatro años de obras y cerca de 40 millones de dólares gastados, pudo inaugurarse un 27 de mayo de 1937.
-Supera los 1.200 metros de longitud. Está suspendido gracias a dos torres de 227 metros de altura y se compone de seis carriles. Además, es accesible para peatones y bicicletas.
-Fue pintado con urgencia para prevenir la oxidación que provoca el mar sobre el acero. De ahí su color rojizo.
-Durante la mañana hay más tráfico hacia el sur (para ir a ‘currar’ a Silicon Valley, supongo). Y por las tardes se nota más afluencia en dirección norte (para descansar en pueblos como Sausalito, confirmo).
Una vez cruzado el Golden Gate, nuestra recomendación es que te dirijas a Sausalito. Esta pequeña localidad, ubicada en el condado de Marin, es antigua colonia de artistas, muy famosa por sus casas flotantes.
Allí podrás recorrer sus calles y barriadas. Y tomarte un sándwich acompañado de una cerveza bien fría antes de prepararte para coger el último ferri que te devuelva al puerto de San Francisco sin necesidad de dar pedales.
No te despistes porque habrá mucha gente como tú intentando regresar en el barco. El alquiler de la bicicleta incluye este billete, así que escoge un buen asiento y prepara tu cámara para hacer unas fotos (en este caso nocturnas) espectaculares.
¿Sabías lo fácil que es llegar desde San Francisco a Sausalito en bicicleta? ¿Te animarás a hacerlo?
La Plaza Jemaa el Fna es el lugar más famoso que ver en Marrakech. Situada a escados metros de la mezquita Kutubía, está rodeada de zocos clasificados por su actividad principal.
En sus aldeaños encontrarás decenas de restaurantes, además de cafés con grandes terrazas y tiendas de recuerdos. Desde 2008, el centro neurálgico de esta ciudad de Marruecos forma parte de la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Descubre nuestros 10 imprescindibles en la Plaza Jemaa el Fna.
1. Beber un zumo de naranja recién exprimido por 40 dirhams (unos 40 céntimos de euro). Y darte cuenta de los ridículos precios que solemos pagar en España, a menudo diez veces más.
2. Hacerse un tatuaje conhenna. Suelen permanecer en la piel alrededor de dos semanas.
3. ‘Disfrutar’ con los encantadores de serpientes. Y con los contadores de cuentos e historias, vendedores de todo tipo, acróbatas, aguadores, bailarines…
La magia del puesto 14 de Jemaa el Fna
4. Cenar en el puesto 14 una deliciosa ensalada de berenjenas, calamares, pescado a la romana y pimientos fritos. Rodeados de lugareños, sin cubiertos ni servilletas. Todo ello, con un par de refrescos, por menos de 10 euros.
5. Tomar un café en alguna de las terrazas con vistas panorámicas de la plaza.
6. Saborear un té a la menta con ‘ladrillo’ de azúcar incluido. Y tener energía para el resto del día.
7. Comprar un precioso farolillo de latón para adornar el balcón en las noches de verano o una botellita del afamado Aceite de Argán. No te olvides de regatear o les parecerá mal.
8. Escuchar música tradicional en directo.
9. Hacerse una foto con alguno de los simpáticos monos que pululan de la mano de sus dueños.
10. Disfrutar, solo con pisarla, de una de las plazas con más vida de África.
¿Conoces la Plaza Jemaa el Fna? ¿Hay más cosas que nos recomiendes hacer?
La cárcel de Kilmainham Gaol es una de las visitas más interesantes que hacer en Dublín. Ofrece un tour guiado en inglés de aproximadamente una hora en el que se conoce gran parte de la historia de la misma. Y, por añadidura, del conflicto político vivido durante décadas en el país.
Una visita sobrecogedora
La visita a Kilmainham Gaol comienza en la capilla. Uno de los primeros relatos que se escuchan es que allí fue donde Joseph Plunkett se caso con Grace Gifford horas antes de ser ejecutado. Plunkett era el líder del Alzamiento de Pascua, que tuvo lugar en 1916. Y constituyó el intento más popular de tomar el control de Irlanda por parte de los republicanos y lograr de ese modo su independencia del Reino Unido.
Kilmainham Gaol, saturada de pequeños presos
En sus comienzos, Kilmainham Gaol estaba principalmente poblada por niños que eran detenidos por pequeños hurtos, ya que los adultos eran enviados a Australia por orden de los británicos. Pero llegó un momento en que las celdas se encontraron superpobladas. Eran cientos las personas que eran encerradas por robar alimentos para superar la gran hambruna que se vivía en esa época. La situación se tornó insostenible y algunos presos tenían que vivir en los pasillos junto a sus familias.
En 1924 la situación se tornó insostenible y fue dada de baja como prisión. Y, aunque se pensó en reabrirla, esto no llegó a suceder. Tras comprobar que el precio de su demolición era desorbitado, muchos años de disputas después, se decidió restaurarla y convertirla en museo. Tras la creación de una sociedad que logró su objetivo a mediados de 1960, con la ayuda de decenas de voluntarios.
En la actualidad Kilmainham Gaol alberga un museo sobre la historia del nacionalismo irlandés. Exhibe pinturas y fotografías, así como joyas de presos de toda la República y decenas de objetos. Tanto de los prisioneros que habitaron sus celdas, como uniformes de sus empleados, llaves, candados, útiles del día a día…
Una de las partes más sobrecogedoras de la visita la ofrece el patio, donde fueron fusilados algunos de los líderes revolucionarios del 16. Una placa en la pared recuerda todos los nombres y fechas de las matanzas.
Los amantes del cine tampoco deben perderse Kilmainham Gaol, ya que entre sus muros se han rodado varias películas. The Quare Fellow, 1962; The Face of Fu Manchu, 1965 (con Christopher Lee); Italian Job, 1969, y las más recordadas: In the Name of the Father, 1993, y Michael Collins, 1999, además de The Escapist, 2008.
You made me the thieve of your heart
Y si sois unos auténticos frikis, como yo, os recomiendo tener a mano ‘You made me the thieve of your heart’. La canción de Sinead O’Connor que formó parte de su B.S.O. Y escucharla muy, muy alto durante el paseo… ¡Pelos como escarpias!
No, el Royal Military Tattoo de Edimburgo no se refiere a un tatuaje. En la jerga militar, un tattoo es una actuación musical o exhibición de fuerzas armadas. Este término se remonta al siglo XVII y proviene de la frase holandesa “Doe den tap toe”, algo así como «cerrad los grifos». Entonces, poco antes de las diez de la noche, se emitía un aviso con trompetas para que los dueños de las posadas dejaran de servir cerveza a los soldados. La palabra tattoo proviene exactamente de “tap-too” y “taptoo”.
Visita al Castillo de Edimburgo
La visita al Castillo de Edimburgo en pleno mes de agosto requiere casi de una jornada completa si coincide con el Military Tatoo, uno de los eventos de referencia en todo el Reino Unido. Pero, vayamos por partes. La magnífica fortificación que vigila la capital de Escocia es la principal atracción turística del país y emblema nacional. Construido sobre una colina y rodeado de barrancos, el complejo es uno de mejor conservados de Europa. A pesar del sinfín de asedios, incendios y ataques que ha sufrido.
Este asentamiento militar guarda la historia de todo un país dentro de sus muros. No en vano, una sala acorazada alberga las Joyas de la Corona muy cerca de la Piedra del Destino, un conjunto de símbolos de suma importancia para entender la monarquía británica. Basta decir que si Carlos o su hijo Guillermo hubieran de ser coronados en Londres habría que transportar parte de este tesoro a orillas del Támesis. No fuera a ocurrir que alguna maldición recayera sobre la familia Windsor.
Entradas online para evitar largas colas
Por algo menos de 20 libras (mejor adquiriendo la entrada online que esperar una larga cola en taquillas) los visitantes pueden recorrer un buen número de estancias. También, observar la ciudad desde lo más alto o reflexionar en el memorial por los caídos. Y fotografiar un cementerio de perros o adentrarse en el museo dedicado a las grandes azañas de su ejército. Todos los días, excepto el domingo, cuando el reloj marca la una en punto, escucharéis un solemne cañonazo desde la batería del Castillo de Edimburgo preparada para tal efecto. No os asustéis.
Descansen armas y sonrían que es gratis
The Royal Edinburgh Military Tattoo
Si estáis en esta ciudad durante agosto y queréis completar vuestra visita al Castillo de Edimburgo con un experiencia única, os recomendamos buscar entrada (con bastante antelación) para The Royal Edinburgh Military Tattoo. Esta concentración de bandas militares convierte la explanada del castillo en un hervidero de tropas engalanadas al ritmo de tambores, trompetas y, por supuesto, gaitas. Veinticinco sesiones de tres horas cada una que arrancan con el ocaso del sol y concluyen con un cielo cubierto de fuegos artificiales.
Desfile final previo a la bajada por las calles de Edimburgo
Su origen se remonta a un toque de queda surgido en el siglo XVIII para que los soldados dejaran de beber y volvieran a sus barracones (tap toe). El Military Tattoo se celebra de forma ininterrumpida desde 1950 hasta nuestros días. Y ha pasado de ser una cita destacada del calendario local a convertirse en un evento de talla mundial con audiencias multitudinarias. Para que os hagáis una idea, el impacto que tiene este evento sobre la economía de Escocia ronda los 80 millones de libras anuales.
Luz y sonido para viajar en el tiempo
Nosotros tuvimos la suerte de ser acreditados para disfrutar de un espectáculo compuesto por cinco bandas británicas. Además, 250 gaiteros, una sección de la caballería jordana, unidades del ejército nepalí, un equipo de motos acrobáticas o la «US Army Europe Band». Una sincronización perfecta que este año servía para homenajear a los héroes de la Batalla de Jutland, recordar el 90 cumpleaños de la reina Isabel y rendir tributo a David Bowie. Toda la información está en la web oficial. ¡Y no dejéis de leer el completísimo artículo de Pat Cuní en su blog Mad About Travel!
Referencia mundial en el denominado “muralismo político”, representan la historia del conflicto localizado en Irlanda del Norte. Más conocido como The Troubles, ha causado la muerte a unas 4.000 personas en el último medio siglo. Recorremos los Murales de Belfast.
Calles del oeste de Belfast
Nombres de algunas víctimas
Desde la década de los 70 se contabilizan cerca de 2.000 murales en las calles de la ciudad de Belfast, epicentro del enfrentamiento político irlandés. Cada bando tiene los suyos, pero también puedes encontrar pinturas que simbolizan otras luchas internacionales.
Pintura del Guernika
Una ruta que comienza en Falls Road
Recomendamos comenzar la visita a los Murales de Belfast por Falls Road. Y ver, así, la sede del Sinn Féin o las dos barriadas separadas por un impresionante muro repleto de alambradas y cámaras. Continuar por Shankill Road, la zona unionista. Y terminar en New Lodge Road. Nosotros, al finalizar el trayecto, nos tomamos una pinta en el Boyles Bar, todo un clásico en este distrito.
Uno de los impresionantes muros
Desde la “tensa” calma surgida a partir de los acuerdos de 1998, los barrios que acogen esta colección de grafitis son un reclamo turístico impensable en otra época. Algunas de las pintadas más ofensivas fueron borradas recientemente.
Con el número del taxi arriba
Los protagonistas mayoritarios de los murales son históricos integrantes de los dos grupos paramilitares antagónicos (el IRA y la UVF). Además de una considerable representación de víctimas en cada lado.
Homenaje a Bobby Sands
Aunque se puede llegar a pie desde el centro, existe la opción de montarse en uno de los numerosos taxis cuyo conductor hace las veces de experimentado guía por los Murales de Belfast. Esta alternativa es muy recomendable si todavía os impone este antiguo territorio de guerra.
Algunas normas en los murales
Sed respetuosos, manteneos neutrales y observad a cada paso qué zona estáis pisando, si la republicana y católica con sus verdes, blancos y naranjas, o la unionista y protestante de blanco y rojo.
Pancarta conmemorativa
Buscad la Madrid Street, adivinad el porqué de su nombre y pensad que en sus aceras se ha derramado más sangre de la que jamás hubieráis imaginado.
En árabe su nombre es حديقة ماجوريل. Fue diseñado por el pintor francés Jacques Majorelle (Nancy, 1886) quien tras estudiar arquitectura, viajar por Europa y descubrir Egipto aceptó la invitación de un amigo de su padre para adentrarse en la medina de Marrakech. Con poco más de treinta años se instaló en esta mítica ciudad marroquí. Primero, muy cerca de la plaza Jemaa el Fna, y luego en el palacio del Pasha Ben Daoud. Durante meses, pintó la vida en esta parte del Norte de África, sus aldeas, gentes y mercados. Recorrió el Atlas, expuso en Casablanca y, en 1923, adquirió un palmeral a las afueras de Marrakech.
Amplió su propiedad hasta las 10 hectáreas y construyó una casa de estilo local, además de un taller de reminiscencia bereber. En 1931, Jacques encargó el diseño de su chalet al arquitecto Paul Sinoir. Bajo las premisas del movimiento art déco y la influencia de Le Corbusier.
Comienza al mismo tiempo la concepción de su obra definitiva, casi eterna: el Jardín de Majorelle. A lo largo de varias décadas, aquel palmeral fue integrando, en perfecta armonía, plantas de todo el mundo hasta convertirse en un tesoro botánico a pocos kilómetros del más voraz de los desiertos.
Accidente fatal
El elevado coste de su mantenimiento y el fatal accidente automovilístico de su creador obligó a malvenderlo, cerrarlo y enterrarlo en el olvido allá por los años 60. Tuvieron que pasar dos décadas para que el modisto Yves Saint-Laurent y su pareja, Pierre Bergé, iniciaran la recuperación de este oasis floral.
Dicen que el azul intenso que se observa en las paredes de la villa fue una creación muy elaborada de su propietario, fascinado por el arte en movimiento. El jardín original, casi idéntico al actual, ofrecía varios ambientes, con el agua como protagonista. Destacan la buganvilla o el jazmín en contraste con el cactus o el bambú.
Hoy en día el Jardín Majorelle esconde centenares de especies botánicas, da cobijo a pájaros desconocidos en otras latitudes y alberga un museo de arte bereber repleto de abalorios, ropajes, cerámicas, textiles y bocetos hechos por su fundador.
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