Una de las cosas que más nos gusta cuando salimos de España es conocer lo mejor posible la gastronomía del país que visitamos. Italia o Irlanda son un buen ejemplo de que hay vida más allá de la pasta o el Irish stew y también quisimos profundizar en la comida marroquí aparte del cuscús o el tagine. Y paseando por el puerto encontramos Ostréa, uno de los restaurantes en Casablanca especializados en pescados y mariscos frescos que se descargan desde los barcos amarrados casi enfrente del establecimiento.
Especialidad en pescados y mariscos frescos
Dispone de dos comedores, elegantes e íntimos, desde los que se puede divisar a lo lejos la espectacular Mezquita de Hassan II, iluminada de noche. Nos gustó tanto su carta y el amable servicio que repetimos en dos ocasiones.
Tras untar pan con mantequilla y un fantástico tapenade, pedimos ambos días carpaccio de pez lobo. Un plato finísimo y con un tipo de pescado muy suave que nunca habíamos probado.
Probamos los dos tartares de la carta, de salmón y de atún, con buen corte, pero con exceso de limón, que mataba un poco el sabor del pescado. Aun así resultan frescos y muy agradables al paladar.
Mejillones a la provenzal, pequeños, pero con un gusto muy bueno, al igual que la sabrosa salsa.
Fritura de pescado, con calamares, gambas, pescadillas y gallitos, en su punto y recién hecha.
Camarones al pil pil, con el picante justo y una rica salsa para mojar pan.
Calamares a la plancha, con arroz blanco de guarnición y el toque ideal del tomate al horno.
La última noche, Jota no pudo resistirse a pedir una fuente de ostras, una de las especialidades de la casa. Eran las de tamaño medio y, según él, estaban frescas y deliciosas.
Además de la gran variedad de propuestas gastronómicas, dispone de una más que interesante carta de vinos. Uno de los descubrimiento más interesantes del Dátil Trip fueron los blancos, tintos y grises nacionales, que nos sorprendieron por su variedad y sabor. Estos son los tres vinos marroquíes que probamos en Ostrea.
El precio medio del cubierto es de unos 35 euros por persona (incluido el vino, que no baja de 20 euros por botella).
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