Es uno de los mercados más antiguos de Roma, pues hay constancia de que en 1869 ya existía el Mercato Campo di Fiori, que tiene lugar cada sábado en la plaza de igual nombre.
Cuenta la historia que en ella tenían lugar castigos y ejecuciones públicas. En 1600, Giordano Bruno, filósofo y poeta italiano, fue quemado vivo por hereje, consecuencia de sus teorías revolucionarias sobre el universo. Y recuerdo de ello es la gran estatua situada en el centro de la plaza, obra del escultor Ettore Ferrari.
Lo que comenzó siendo un espacio para la compra y venta de caballos se ha convertido muchos años después en un encantador lugar donde los romanos adquieren productos frescos y artesanales. Además de quesos, aceites, vinos y licores.
Aunque no llega a las dimensiones del Mercato Centrale de Florencia, el de Campo di Fiori es perfecto también para conseguir auténticos productos de Italia. Perfectos para llevar de recuerdo a España. Como pastas -de todas las formas y colores posibles-, tomates secos -que envasan al vacío-, funghi porcini deshidratado o mezclas de diferentes especias para los platos de pasta, como pesto, puttanesca, arrabbiata o carbonara.
Por la noche, la zona se transforma y es punto de reunión para los jóvenes. Por lo que abundan bares y restaurantes con coquetas terrazas donde cenar, tomar un helado o disfrutar del llamado aperitivo italiano a un módico precio.
El Mercato Campo di Fiori abre de lunes a sábados, de 7 a 13.30 horas.
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