El Hotel Dormy Inn Premium Shibuya-jingumae se encuentra a diez minutos a pie del cruce de Shibuya, en pleno centro de Tokio. Se trata de un establecimiento que abrió sus puertas en 2012, con 136 habitaciones funcionales que, como ocurre en casi todo el país, se quedan demasiado pequeñas para el turista occidental. El precio, desde 114 euros por noche con desayuno y acceso al onsen y la sauna.

El baño está dividido en dos partes: zona de ducha y de aseo e incluye cepillos para el pelo entre sus amenities, algo habitual en los hoteles japoneses.




Otra de las buenas costumbres en los alojamientos de Japón es que haya a disposición del cliente pijama y zapatillas, ahorrando así un pequeño espacio en la maleta.


El desayuno ofrece dos opciones, que hay que reservar el día anterior. Puede ser japonés, con una pieza de pescado, sopa miso, arroz hervido y vegetales encurtidos. El occidental, por su parte, consiste en un riquísimo sándwich de beicon y huevo revuelto, además de patatas fritas, una pequeña ensalada de pasta y otra de frutas. También hay un bufet frío con ensaladas, bollería, fruta fresca, zumos, cereales y yogur natural, junto a otro caliente con sopa miso y arroz blanco en su correspondientes hervidores.




Capítulo aparte del Dormy Inn Premium Shibuya-jingumae merece el onsen, ideal para relajarse tras un duro día de turismo por la capital nipona y al que se accede con un código que cambia diariamente. Al ser nuestra primera vez estábamos algo perdidos y ambos nos presentamos con los bañadores… Fue allí, Jota en el masculino, y yo en el femenino, donde otros huéspedes nos explicaron que debíamos entrar desnudos. La verdad es que los efectos de las aguas termales de origen volcánico sobre el cuerpo y la piel son más que recomendables. Si combinas este baño con otro en agua casi helada, el resultado es indescriptible. ¡Te quedas como nuevo!

Nos gustó del Dormy Inn Premium Shibuya
– La situación, a un paso del famoso cruce de Shibuya y, por tanto, de la zona de ocio y restaurantes.
– El onsen, una auténtica maravilla.
– La conexión wi-fi gratuita.
– El desayuno, por su variedad.
– El free shuttle a la estación de Shibuya.
– Aunque no los probamos, ofrece noodles a sus clientes a la hora de la cena sin ningún cargo adicional.
– Los pijamas, los más ‘chulos’ de todo el viaje.
– Las bicicletas eléctricas, a disposición de los clientes en la misma puerta y sin coste.
– El agua mineral -en el minibar- y el refresco de maíz, en el lobby, cortesía de la casa.

No nos gustó
– El pequeño tamaño de la habitación.
– Que, como en casi todos los hoteles de Japón, haya que pagar al hacer el check-in. Además, este es a partir de las tres de la tarde.
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