Después de más de dos décadas sin pisar territorio francés, hemos visitado a nuestros vecinos galos en tres ocasiones a lo largo del pasado curso. Burdeos, hace unos meses, París, a final de año, y Toulouse en otoño. Esta urbe bañada por el río Garona es el destino perfecto para exprimir unos días entre coquetas calles, importantes monumentos y una variada oferta gastronómica. A continuación, os contamos qué ver en Toulouse.
Una guía de lujo para conocer Toulouse
Antes de ponernos en marcha decidimos pasarnos por la Oficina de Turismo situada en Donjon du Capitole, dentro de un edificio histórico que merece la pena conocer. Allí tuvimos la inmensa suerte de encontrarnos con Elena Bourdaries. Esta guía local, en perfecto castellano, no dudo en mostrarnos lo mejor que ver en Toulouse. En un paseo de casi tres horas por el centro histórico de la capital occitana.
Qué ver en Toulouse
Es conocida como la «Ciudad Rosa» por la predominancia de ese color en un buen número de edificios. Y ofrece al viajero un marco arquitectónico incomparable donde destacan las fachadas de estilo Haussmann que se pusieron de moda en París a lo largo del siglo XIX. Seis pisos, grandes balcones, planta baja dedicada al comercio, profusión de elementos ornamentales y ventanas abuhardilladas en los tejados.
Entre las variadas plazas que ver en Toulouse nos llamó la atención la dedicada a Wilson, vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos. Por dos motivos: el centenario tiovivo que hay en ella, todavía en funcionamiento. Y por ser centro de reunión de los republicanos españoles en el exilio. Si a estas dos curiosidades le añadimos su forma de balón de rugby, ya tenemos una parada obligatoria que hacer en Toulouse.
Objetivo: ser Patrimonio de la Humanidad
La ciudad gala trabaja para convertirse dentro de poco en Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Gracias al sinfín de iglesias, palacios, conventos y monasterios que ver en Tolulouse. Y que dan fe de su herencia monumental a través de los siglos. Saint Sernín (en la imagen), Notre Dame du Taur, Saint Aubín, el conjunto de Los Jacobinos, la majestuosidad del Capitole, el claustro de Saint Pierre des Chartreux, la Catedral de San Esteban…
Universidad de Toulouse
La Universidad de Toulouse, una de las más importantes de Francia, fue fundada en 1229. Y de sus aulas han salido importantes humanistas como Rabelais, Servet, Etienne Dolet o Montaigne.
En la actualidad, congrega a cerca de 90.000 estudiantes que se reparten en cinco departamentos. También, seis instituciones educativas, dos facultades y otras tantas escuelas de postgrado de prestigio internacional. Perfectas para cultivar la mente y también las relaciones sociales con tanto «erasmus» suelto.
Capitolio
El edificio del Capitolio es la sede del ayuntamiento. Su construcción se remonta al siglo XII y se erigió en honor a Júpiter. Todavía conserva la antigua mazmorra y las ocho columnas en honor a sus primeros cónsules. En su interior se puede visitar un bello patio o subir la majestuosa escalera. Y, si te animas, adentrarse en el salón de plenos u observar escenas típicas que ver en Toulouse a través de sus inmensos murales y cuadros de la belle epoque.
Jean Jaurès es uno de los personajes más importantes de Toulouse. Nació en el cercano pueblo de Castres allá por 1859. Fue profesor de Filosofía, fundador del periódico L’Humanité y convencido socialista desde muy joven. Murió asesinado en 1914 por un ultranacionalista. Este hecho le sirvió a León Trotsky para decir de él que «un atleta de la idea que cayó en la arena combatiendo el más terrible azote de la humanidad: la guerra».
Enfrente del Capitolio se pueden observar los interesantes murales que dibujó el artista Raymond Moretti en el techo de los soportales. Esta galería al aire libre que ver en Toulouse contiene todo tipo de símbolos vinculados a su historia. Como la resistencia a la invasión nazi o la contienda civil española. Y rugby, música, aeronáutica, los visigodos e, incluso, cantantes de tango como Carlos Gardel. Muchos piensan que es argentino cuando es oriundo de este lugar.
Una ciudad en torno a un río, el Garona
El río Garona a su paso por la villa ofrece una de las estampas más bellas que ver en Toulouse. Un ejemplo de ello es el Pont Neuf, que conecta la barriada de Saint Cyprien con el centro. O las vías fluviales del Canal del Midi, una colosal obra de ingeniería para unir el Mediterráneo con el Atlántico. Permite navegar de manera reposada, sin sobresaltos ni mareos, disfrutando del paisaje y, a ser posible, de los vinos y quesos de la tierra.
Otro de los reclamos que ver en Toulouse son sus patios. Muchos de carácter privado, fueron patrimonio de la nobleza primero. Y de la alta burguesía, después. Algunos se pueden visitar, como el de la imagen. O los de Brucelles, Dumay, du Vieux y Bemberg, estos dos últimos dentro de los museos del mismo nombre. Traspasar sus puertas para admirar los diferentes estilos de construcción da una idea de la vida cotidiana en comunidad que practicaban sus antiguos moradores.
Cuando, en 1943, Francia sucumbe al avance de las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial el país queda partido en dos. El norte, bajo influencia alemana. Y el sur, controlado por el Gobierno de Vichy. En Toulouse se llegan a organizar hasta diez grupos de resistencia. Serían fundamentales para consolidar la deseada liberación con el General de Gaulle al frente y los conocidos apoyos aliados por tierra, mar y aire.
Puy, Tours o Limoges son tres de los caminos franceses que llevan a Santiago de Compostela. El cuarto se denomina Vía Tolosana o Arletanensis. Y pasa por Toulouse, cuya influencia jacobea es notable en muchos edificios. Esta ruta, una de las más antiguas, parte de Arlés y atraviesa los Pirineos por Somport. Dicen que era la más utilizada en la Edad Media por los peregrinos procedentes de Italia o por los que hacían el trayecto inverso hacia Roma.
Desde que pisamos Toulouse teníamos ganas de comprobar el ambiente que se vive en un campo de rugby. Nunca imaginamos que disfrutaríamos en directo y en primera fila de un partido de la liga francesa en el mismísimo estadio Ernest-Wallon. Con el XV del Stade Toulousain ensayando a escasos metros de nuestras butacas. Una experiencia emocionante porque, además, coincidió con la despedida del mítico entrenador y seleccionador nacional, Guy Novès.
Dónde comer en Toulouse
Mercados de Toulouse
Hay más de una veintena de mercados (marchés) que ver en Toulouse. Ya sean cubiertos, al aire libre, de aves vivas, -también, muertas-, biológicos o según el día de la semana. Carmes, St Cyprien, Cristal-Palace, Capitole, Place Saint-Georges, Arnaud-Bernard, Cochons, Ravelin, Croix-Daurade…
Nosotros nos decantamos por el de Víctor Hugo. Muy céntrico, dispone de un parking abierto en la azotea y está repleto de una materia prima tan incomparable como imbatible.
Tiendas para gourmets
Muy cerca de la anterior ubicación, los viajeros gastronómicos pueden adentrarse en un puñado de tiendas gourmet que convierten en delicioso un simple paseo. Sirvan como ejemplo, además de las afamadas vinotecas y pastelerías, establecimientos especializados en un solo producto. Como los quesos de Xavier, los conos de Capucin, el café molido de Bacquié, el chocolate de Neuville o la flor violeta de Fleurée de Pastel (tanto comestible como textil).
Restaurantes en Toulouse
Puedes degustar comida tradicional en un gran número de restaurantes en Toulouse. Nosotros, al disponer de muy pocos días para explorar más la ciudad, elegimos Le Louchebem, en el Mercado de Víctor Hugo. Por su amplia variedad de carnes -con la salchicha de Toulouse como especialidad-, cassoulets y foie gras en una estupenda terraza soleada. Regamos la parada con tinto de la tierra servido en jarra. Y apuramos la sobremesa porque, por lo general, todo se cierra antes de las 15 horas.
Otra de los restaurantes en Toulouse que probamos fue Le Pyrénéen. Desde 1925 ha visto pasar por sus mesas a lo más granado de la sociedad tolosana para disfrutar de ostras frescas, parrilladas de mariscos, manitas de cerdo o riñones. Nosotros hicimos lo propio, copa de Armagnac en mano.
Y el homenaje de este paseo tuvo como escenario uno de los restaurantes en Toulouse más elagantes. Está ubicado en los bajos del Hotel Des Beaux Arts, en la Place du Pont Neuf. Dentro del menú especial elegimos delicias como steak tartar u ostras de L’Ecailler, además de huevos mollet o quesos del país.
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