Momofuku Ando fue el creador de la sopa de fideos -o ramen– instantánea elaborada por la empresa Nissin Foods durante la segunda posguerra mundial para paliar la hambruna de la época. Seguro que todos conocéis el envase humeante que durante diez años fue uno de los símbolos más representativos de Times Square. ¿A que sí?
Como homenaje a Ando, el norteamericano David Chang decidió nombrar a su más que exitoso grupo de restaurantes. Este nació en 2004 con un modesto local en el East Village neoyorquino, Momofuku Noodle Bar. En 2006, y tan sólo a un par de manzanas, abría sus puertas Momofuku Ssäm Bar. Le siguieron Momofuku Ko y Momofuku Milk Bar.
En la actualidad, su imperio se ha extendido a Sídney y Toronto. Además, ha ampliado sus establecimientos para otro tipo de negocios, como Booker and Dax, bar ubicado en la parte de abajo del Ssäm Bar.
Ssäm Bar
Llegamos casi cuando estaban cerrando la cocina, pero nos dio tiempo a un ‘picoteo’ y a probar la especialidad de la casa, los steamed buns o bollitos al vapor, tan de moda ahora en España.
El nombre de este restaurante, situado en el 207 de la calle 13 con la 2ª Avenida, se debe al ssäm, plato coreano que en el que se usa una hoja de verdura para envolver los ingredientes de los que se compone.
Aquí lo llaman O.G. Momofuku Ssäm, se sirve dentro de una hoja de lechuga y, a su vez, en el interior de un wrap, formando un bocado tan delicioso como poco fotogénico. Se compone de lomo de cerdo, black beans, arroz y kimchi, en una mezcla de sabores picantes y dulces realmente sorprendente.
Momofuku Noodle Bar
Tuvimos la suerte de encontrar sitio en la barra para contemplar bien desde primera línea qué y cómo se cocinaba. Un buen puñado de cocineros, con un look bastante gamberro y perfectamente coreografiados, remueven caldos y escalfan huevos sin descanso en unos fogones impolutos de los que no paran de salir humeantes platos.
Como no podía ser de otra manera, probamos el ramen en su versión más popular, la que da nombre al grupo, y que se compone de cerdo y huevo pochado, así como ginger scallion noodles, con cebolleta, shiitake, pepino y repollo.
También le hincamos el diente a una alitas de pollo ahumadas y unos delicados huevos en salsa de soja. Poco hay que decir sobre el ramen de Momofuku que no se haya dicho ya. El conjunto lo convierte en una experiencia única, aunque se trate de un opción no muy recomendable para el tórrido verano neoyorquino.
En la carta de postres, algunas propuestas del Milk Bar, el negocio más dulce de David Chang. Dirigido por Christina Tosi, en la actualidad ya cuenta con seis sucursales. No pudimos resistirnos a ‘The Ritz’ cookie, homenaje a la galleta de mantequilla en todo su esplendor.
La oferta de vinos oscila entre 32 y 150 euros, si bien es un tipo de comida que, al menos a nosotros, nos invita a acompañar con una Tiger bien fría. Y, por supuesto, mucho más económica.
Momofuku Noodle Bar se encuentra en el 171 de la 1ª Avenida, entre las calles 10 y 11, y no admire reservas, así que procura que tu visita no coincida con la hora del almuerzo en la Gran Manzana, por lo general entre las 12 y las 2.
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