A veces, cuando los planes no salen como a Hannibal Smith le gustaría, hay que tomarse las cosas con calma, respirar profundamente e intentar sacar lo mejor de esa situación gracias a Kua ‘Aina.
Algo parecido fue lo que nos pasó el último día de nuestra estancia en Japón. Habíamos decidido dejar para entonces la visita a la Tokyo Sky Tree. Así que cuando nos plantamos allí a eso del mediodía con la intención de comprar la entrada y vimos que el tiempo estimado de espera era de más de dos horas, nos dimos cuenta de que fue un error no haberlas reservado por Internet. O no haber acudido antes para contemplar las que dicen son más espectaculares vistas de la ciudad.
Junto a la imponente torre, al menos vista desde su base, se levanta un centro comercial con numerosas tiendas y restaurantes. Su nombre es Tokyo Solamachi, repleto a la hora de la comida. Cuando parecía que no íbamos a poder llevar a cabo la visita y, encima, quedarnos con hambre apareció Kua ‘Aina. Aunque ¿comernos una hamburguesa en nuestro último día en el país nipón?
No era lo que habíamos pensado, pero cualquiera de los otros establecimientos estaba lleno y parecía que no quedaba otra opción. Entramos un poco desconfiados, ya que nunca habíamos oído hablar de esta marca. Y, de repente, una fotografía de Barack Obama en la que parecía una sucursal captó nuestra atención. «Pues si Obama las ha probado habrá que darle una oportunidad», pensamos…
¿Qué es Kua ‘Aina?
Una cadena hawaiana que lleva más de 40 años sirviendo hamburguesas y sándwiches de pollo marinado a la brasa. Y uno de los lugares favoritos en la isla de su hijo más famoso, el presidente de los Estados Unidos. Además de Tokio, están presentes en Londres, Honolulu y Haleiwa. La decoración del local está inspirada en Hawái. Suelos de madera, techos de bambú, ventiladores de aspa, palmeras, collares de flores y auténticas tablas de surf, todo de lo más tropical. Al igual que las camisas de sus empleados.
¿Qué comer en la hamburguesería preferida de Obama?
Como no podía ser de otra manera, hamburguesas. Aunque los sándwiches y la generosa ración de tortitas con nata y sirope que se estaban metiendo entre pecho y espalda dos estudiantes también resultaban de lo más apetecibles. Probamos avocado burger -la favorita de Obama- y pineapple burger, ambas con cebolla a la parrilla, tomate y lechuga. La de aguacate llevaba además cheddar. Y, tal y como indican en las ‘instrucciones’, hay que espachurrarlo bien para que se impregne el resto de ingredientes. Ambas se sirven en pan con semillas de amapola y hay que decir que estaban deliciosas…
El menú con bebida -de casi 1 litro- y patatas fritas cuesta alrededor de 1.500 yenes, algo más de 10 euros. Por lo que resulta una opción de lo más económica para comer en Tokio.
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