Una de las cosas buenas cuando te invitan a una boda en un pueblo del Levante español es aprovechar para hacer una escapada a Valencia. Hace años que conocimos La Pepica, uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad y de España, fundado en 1898. Por sus instalaciones han desfilado todo tipo de celebridades, desde el Rey -que se las sabe todas- hasta Hemingway, pasando por Ava Gadner u Orson Welles, todos ellos grandes enamorados de nuestro país.
Una carta para todos los gustos en La Pepica
La carta de La Pepica es extensa, con una gran variedad de arroces, pescados y mariscos, descritos en varios idiomas, ya que buena parte de su clientela es extranjera. Colorados como gambas, tras duras jornadas de sol, disfrutan como los que más delante de un buen plato de comida y una botella de vino. Spain is different. Nosotros no vamos a ser menos…
Lo bueno de regresar al mismo sitio una y otra vez es que estás deseando volver a paladear sabores que guardas con un grato recuerdo. De la ensalada valenciana siempre llamaron la atención los alcaparrones, difíciles de encontrar fuera de esta zona, y que pintan así de bien sobre el resto de ingredientes.
Una de las exquisiteces de La Pepica son las almejas de Carril, que preparan al natural o a la marinera. Nosotros siempre nos hemos decantado por la segunda opción para poder, literalmente, tomarnos la salsa a cucharadas y mojar el pan con ajo tan típico de este local.
Hemos probado diferentes tipos de arroces en este restaurante, con bogavante, de verduras, de marisco… Nos decidimos por una mezcla de los dos últimos, la paella La Pepica, que está como siempre, deliciosa y con un punto socarrat. Imprescindible ponerle un poquito del alioli casero que siempre la acompaña.
Hace tiempo que nos acostumbramos a una de las mejores cosas de comer en el litoral mediterráneo, la compañía de un buen cava. Juvé y Camps es uno de nuestros favoritos.
Terminamos la cena con dos sorbetes de limón de la tierra -al cava- invitación de la casa, otro detalle más del servicial y siempre dispuesto personal de este restaurante valenciano, ubicado en el paseo de la Malvarrosa, al que no nos cansamos de volver una y otra vez. «Fue una gran noche en Casa Pepica junto a la playa»… ¡Qué gran verdad, don Ernesto!
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