A estas alturas de la película no queda casi nadie sin saber qué es un brunch. Ese híbrido entre desayuno y almuerzo que suele hacerse los domingos en muchas ciudades de Estados Unidos. Y que los españoles hemos acabado adoptando como costumbre propia. Recuerdo cuando tomé mi primer brunch en Nueva York. Entonces era una fan total de ‘Sex and the city’ y elegí uno de los locales a los que iban las chicas de moda para poner a caldo a los hombres mientras comían huevos Benedict y bebían Bellinis.
Esta vez quise que fuera algo realmente especial y elegí la azotea del 230 Fifth, ya que había leído en una revista que las vistas desde su terraza eran las mejores de la Gran Manzana. Y vaya si lo son…
Brunch en Nueva York con bufet libre
La oferta gastronómica que ofrece por 29 dólares/persona (15 en el caso de los niños) es un bufet libre de platos fríos y calientes. Además de una isleta donde se preparan tortillas al instante con los ingredientes que uno elija.
Huevos, beicon, pollo, sándwiches, hamburguesas, hot dogs, pasta, ensaladas, bagels, french toasts, tortitas, gofres, fruta fresca… Todo lo que uno pueda imaginar y más para degustar ininterrumpidamente desde las 10 de la mañana a las 4 de la tarde, como si de una tarifa plana se tratara. Está claro que si eres de los que les gusta comer, este lugar te resultará uno de los más económicos en Manhattan.
En el precio de este brunch en Nueva York está incluida una copa de champán o una Mimosa. Además de café ilimitado -zumos y refrescos en el caso de los más pequeños-. También disponen de una carta adicional de bebidas y cócteles que van desde los 10 dólares de un Bloody Mary a los 2.200 de una botella de Perrier-Jouet Gran Brut.
Aunque está más que claro que no te vas a quedar con hambre después de este brunch en Nueva York, en este local la comida es lo de menos. Ya que difícilmente posarás los ojos en tu plato debido a las impresionantes vistas del skyline neoyorquino frente a ti. Presididas por el Empire State Building y el edificio Chrysler, mi favorito de la ciudad de los rascacielos.
Como su propio nombre indica, encontrarás este brunch en el 230 de la Quinta Avenida, esquina con la calle 27, muy cerca del Flatiron. Está disponible sábados y domingos y no es necesario hacer reserva. A la entrada, te darán una pulsera a modo de ‘todo incluido’ y te pedirán una tarjeta de crédito en la que cargarán después tu factura.
Revísala para que no te pase como a nosotros y añadan un 20% de propina. A pesar de que en el propio tíquet indican que no está incluida y que solo es obligatoria para grupos de 6 o más personas. Y no te preocupes por la temperatura. Si llueve, te trasladarán a una de las mesas de la planta de abajo, donde podrás seguir disfrutando de las vistas a través de sus grandes ventanales. Asimismo, en invierno aclimatan una zona concreta con estufas para soportar las frías temperaturas neoyorquinas.
Actualización 2020 COVID-19
Debido a la situación actual por la COVID-19, el bufet libre de este brunch en Nueva York ha dejado de estar disponible. En su lugar, ofrecen un menú a la carta con cuatro platos principales.
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