Quedan cada vez menos sitios auténticos donde disfrutar comida casera de verdad, de la que hacen madres o abuelas con mimo durante horas. Uno de esos lugares es la Taberna La Fernandica, en la localidad salmantina de Ledesma.
Una casa de comidas con tres generaciones a sus espaldas
Tres generaciones han regentado esta humilde casa de comidas donde sin rascarte el bolsillo puedes comer en abundancia platos de toda la vida. Y cuando la definimos así es porque es verdad, se trata de una típica casa de pueblo con tres habitaciones convertidas en comedores, baño y cocina de leña. No te extrañe que te sienten a la entrada de la misma, ya que siempre está lleno, pero no te importe lo más mínimo.
No hay carta ni lista de precios. Mari Tere -hija de Tere, el alma del local- te recitará los platos de memoria y te apetecerá probarlos todos: entremeses, alubias, sopa castellana, rabo de toro, chuletón, codornices, solomillo en salsa…
¡Una de huevos con limones!
La primera vez que fuimos a Ledesma descubrimos los huevos con limones, un bocado típico de los Corpus que, dicen, es perfecto para depurar el organismo tras una noche de fiesta. Desde entonces no faltan en nuestra mesa de La Fernandica cada vez que vamos. ¡Nos encantan!
Sopas de ajo, en Salamanca es habitual que lleven trozos de jamón y huevo escalfado.
Patatas revolconas
Callos de ternera
Tostón cuchifrito, crujiente y sabroso
Cordero cuchifrito
La estrella de La Fernandica es, sin duda, su mesa de quesos -barra libre- con muchas variedades de Castilla y León. Y donde, como dice Tere, hay que probar el que se sirve a la Casa Real.
Flan y membrillo caseros a discreción (coma todo lo que quiera) antes del café de puchero y unos chupitos.
Durante toda la comida Tere se acercará a tu mesa para preguntar qué tal está todo y repetir sus frases más famosas. «¡Hijos, es que no coméis nada!» o «Come, hija, que estás más delgada que la Schiffer». Lo dicho, comida casera y trato familiar por 20 euros/persona. ¿Alguien da más por este precio?
Dato importante: no aceptan pago con tarjeta de crédito.
Olé las tabernas «de las de toda la vida», claro que sí
A ver si nos escapamos un día, señores, que como buenos salmantinos deben ustedes conocerla 😉
Hace ya más de 35 años que frecuento la zona, recuerdo ir a comer con mis padres en las fiestas del pueblo. Nosotros somos de Rollan, a unos 15 km de Ledesma. Aún quedan pueblos con casas donde siguen ofreciendo su comida casera, la de toda la vida, como en casa de comidas La Parada en Dios le Guarde, cerca de Morasverdes. Ahí puedes comer vagones hasta reventar por el mismo precio, entre chupetón, tostón, cordero, cerdo…. Y algunos sitios más. Un muac
Hola, Ana. ¡Qué casualidad! Mi bisabuelo era de Rollán 🙂 Guardamos tu recomendación en Dios le Guarde para una futura visita. Gracias por tu comentario y un saludo.